Ahora, para que veáis que no sólo de gore vive el King Piltrafilla, escojo un clásico que hacía años que tenía ganas de revisar. Se trata de Le Samourai, un clásico del polar francés dirigido por Jean-Pierre Melville y protagonizado por Alain Delon en uno de sus papeles más recordados. La historia nos cuenta como un ejecutor implacable -cuya existencia se rige por el codigo de honor de los antiguos samurais, de ahí el título- llamado Jeff Costello debe protegerse de la policía y de aquellos que le han contratado, que han decidido acabar con él para evitar que se vaya de la lengua.
La historia es perfecta y nos muestra la pausada, silenciosa –mirad si lo es que hasta que no llevamos 9 minutos de película no oímos una voz humana, y eso que Delon ha estado en pantalla desde el principio- pero contínua lucha por la supervivencia de un metódico, frío, paciente, callado e inteligente asesino –Delon en una de sus, repito, interpretaciones más geniales- en la jungla del hampa parisina. Total piltrafillas, una joya para deleitarse ante la pantalla, bien cómodos y –si puede ser- bebiendo un gintonic helado con un par de cubitos y una rodaja de lima. Si no la conocíais aún –o sois demasiado jóvenes o no tenéis perdón de Dios-, ponedle remedio cuanto antes a vuestra jodida ignorancia.
Por cierto, que esta cinta –que además fue rodada el mismo año en que llegó al mundo este que os escribe- le sirvió de innegable inspiración a Jim Jarmusch para rodar su Ghost Dog, otra impecable película que protagonizó Forest Whitaker en 1999, de la cual os hablé hace casi un año y que también aprovecho para recomendaros con todas mis fuerzas.
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