Semana Santa

Inicio lo que en el calendario cristiano se denomina Semana Santa con el anuncio de que hoy he sido uno de los que ha ido a trabajar. Sí amiguitos. Dejando a un lado a aquellos que por desgracia se han quedado sin trabajo, un buen número de asalariados –al menos en nuestro país- han decidido cogerse vacaciones estos días. En algunas zonas incluso, el pasado viernes mucha gente inició un periodo de descanso que se prolongará hasta el domingo o lunes que viene. Pero no es mi caso. Además, en Catalunya no es festivo el Jueves Santo por lo que –sin contar el día de hoy- me esperan aún tres días de trabajo. Por un lado es toda una suerte, la situación laboral –el futuro de mi empresa no está nada claro- no está como para dejar el puesto, por poco alentador que este sea. Pero, por otra parte, me cabrea tener que levantarme cada cada mañana para ir a la oficina cuando mucha gente dispone de un tiempo y un dinero que yo no tengo para pasar en la montaña o viajando. Pero no me hagáis caso, esto que siento se llama envidia... y es pecado.