Ahora os voy a hablar de un pintor español natural de la localidad burgalesa de Aranda de Duero, -lugar del que procede una de mis cuñadas, algo que no tiene nada que ver con esta reseña pero que nos demuestra que el mundo es un pañuelo- llamado Gil Gamundi. Se trata de un artista que retrata el cuerpo femenino de una manera que me sorprendió. Luego –leyendo artículos sobre él- vi que lo que me pasaba a mi era exactamente lo que le ocurría a muchos de los espectadores de sus cuadros, algo que –además- opino que busca el mismo autor. Sus cuadros de desnudos en los que el dominio de la anatomía es patente, aparecen –alterados- con añadidos que parecen no encajar en la obra. Hay quien incluso le ha llegado a comentar que sus cuadros eran preciosos, pero que esos detalles que había introducido en ellos los afeaban de cierta manera. Gil Gamundi, sin inmutarse –por eso creo que es precisamente esa sensación en el observador la que busca deliberadamente- acostumbra a responder que son precisamente los desnudos que intercala entre sus figuritas y trazos lo que desmerece la obra. ¿Vosotros qué opináis?
Pues he estado admirando su obra y, qué quiere que le diga, yo veo lo que quiero ver. Mis ojos se van a esos cuerpos tan bien trazados, de expresión reposada, sugerente...lo demás apenas lo veo. Como dijo un señor con bigote, todo es relativo. Otros veran sólo las formas geométricas, que dicho sea de paso, contrastan con las orgánicas!
ResponderEliminarContraste de formas, colores, contrastes, estilos pictóricos.
Una opción como otra cualquiera, la suya en este caso.
Algo tiene, a usté le ha gustado o a lo mejor yo se lo robo.
Salu2
Eso sí, el tío hay que reconocer que es un cachondo y la respuesta me ha encantao!
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