Prosigo con mis entradas del domingo dedicando una al fotógrafo Andrew Einhorn, un natural de Philadelphia que si bien pensaba dedicarse al cine o la televisión acabó enamorándose de la fotografía. Durante cinco años trabajó como fotorreportero para el Philadelphia Inquirer, lo que le permitió experimentar en moda, retratos y fotografía de viajes. En 1994 se trasladó a Nueva York, comenzando a dedicarse a los desnudos. Andrew se convirtió entonces en productor de televisión y entró en el canal de Playboy donde ha llegado a convertirse en toda una figura.
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