Este pintor es el belga Stephan Balleux, un tipo que me ha sorprendido. Sus pinturas parecen enormes masas oleosas y casi vivas de carne de colores. Ello se debe a la ingente cantidad de pintura al óleo que utiliza en sus obras de gran formato, lo que las dota de una apariencia casi tridimensional. Exceptuando alguna serie en blanco y negro, el resto de pinturas de Balleux son verdaderas odas al color.
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