sábado, 21 de marzo de 2009

Mi vaca


Bueno piltrafillas y ahora os dejo. Debo coger el coche, la familia y partir hacia un pueblecito del interior de Catalunya para hacerme con mi parte de... una vaca. Sí, lo habéis leído bien. El hecho –cosas de la crisis- es que hay algunas explotaciones ganaderas que venden vacas a particulares perfectamente troceadas y empaquetadas a un precio que ronda los 8 euros el kilo. No está nada mal ¿eh? El problema es que hay que desplazarse a recoger el género y que –un detalle sin importancia- el conjunto de bistecs, entrecots, redondos y solomillos pesa unos 150 kilos. Digo yo que las familias normales no tienen congeladores de esa capacidad, por lo que este mercadeo cárnico, esta especie de tráfico de chuletones, acostumbra a hacerse en grupo. Así que –cosas de mi mujer- varias madres del colegio se han unido y esta mañana, cual procesión a la Virgen de la Carne, vamos todos a ir a buscar nuestras respectivas partes de la pobre vaca. En fin, como hace buen día aprovecharé para visitar la zona y tomar algunas instantaneas.

2 comentarios:

  1. Yo una vez también hice algo parecido pero a mi me salió a unos 4'20 euros el kilo, pero también lo recuerdo como algo glorioso ya que el pueblo estaba en un lugar recóndito lleno de curvas.

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  2. Pues lea mi crónica y verá que lo de las curvas debe ser algo que va parejo con el mercadeo. A ver si vamos a estar hablando del mismo...
    Lo que ya he hecho hoy ha sido comerme un par de entrecots con patatas y cebolla. Los he hecho crujientitos por fuera -con un toque de aceite aromatizado al ajo y tomillo, sal y pimienta- y crudos por dentro. Se deshacían en la boca caballero. Me he bebido yo solito una botella de Damm Inedit bien fría. Esto no ha hecho más que empezar. Tengo un cajón del congelador lleno de bistecs, solomillos, costillas, carne picada, carne para guisar con patatas... ¡cómo me voy a poner!

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