Bueno, amiguitos hoy es domingo y –provocador como soy ¿no es ese el fin que persigue el Arte?- no he encontrado mejor día que este para hablar de un tema que no es nuevo. Si comunmente parece aceptado que los ángeles no tienen sexo y cualquier discusión sobre ello es anodina, sin sentido y no lleva a ninguna parte –es más, ¿a quien coño le importa?-, lo cierto es que la sexualidad de Dios ya es otro cantar. Vaya por delante que –contrariamente a lo que algunos obispos opinan- creo que es perfectamente lícito debatir o discrepar de un tema. Hay quien cree que Dios existe y hay quienes creemos que no está tan claro. Hay quien dice que Dios hizo al hombre a su imagen y semejanza y hay quienes opinamos que fue el hombre quien, para explicarse fenómenos que no entendía, imaginó a su imagen y semejanza a un ser todopoderoso. Pero, aún dejando a un lado todo esto, si partimos de que Dios es un concepto abstracto, impersonal e intangible ¿por qué se le representa siempre como hombre? Es decir, cuando nos apartamos del triangulito con el ojo enmedio y esas cosas, ¿os habéis dado cuenta de que siempre se le otorga una fisonomía masculina? Sin embargo, como se trata de una representación, ¿por qué no le damos a Dios figura de mujer? Desde hace décadas, diversos grupos feministas cristianos y laicos han reivindicado que esa idea deje de ser considerada una postura de locas o –directamente- una blasfemia. Antiguamente, la figura de la deidad de la Madre Tierra era una mujer, representaba la fertilidad de la naturaleza y era la responsable de la vida en nuestro planeta. Pero con el establecimiento de los ritos cristianos favorecidos por el emperador Constantino, el auge de la nueva Iglesia y la caída en desgracia de la adoración a las fuerzas de la naturaleza, se buscó una imagen totalmente contraria a la de la terrenal diosa. Desde ese instante, Dios fue el Padre –no la Madre- y la figura de Cristo –una de las tres esquinas de la trinidad junto al Creador y a eso tan raro llamado Espíritu Santo- como hombre torturado, crucificado y sometido, se convirtió en el icono del Cristianismo, un icono que –permitidme la licencia- parece sacado de la mente de un publicista gay con tendencias masoquistas.
Pero, ¿qué hubiese pasado si las escrituras que han pervivido hasta nuestros días hubiesen sido escritas por mujeres?, ¿hubiésemos visto dibujos y pinturas parecidos a las fotografías que adjunto? A algunos les parecerá una irreverencia o una falta de respeto. Sin embargo, apropiarse de la crucifixión –cuando ésta era un método antiquísmo de ejecución que se utilizaba en diversas sociedades mediterráneas- como símbolo de una creencia me parece excesivo.
Por ello os aclaro que ni afirmo que Cristo era mujer ni pretendo ofender a nadie convirtiendo a las jóvenes de estas fotografías en imágenes blasfemas. Me limito a proponerlas como representación estética de un castigo que ya tenía lugar en Persia mucho antes del nacimiento de Jesús. Así pues, ego me absolvo.
Pero, ¿qué hubiese pasado si las escrituras que han pervivido hasta nuestros días hubiesen sido escritas por mujeres?, ¿hubiésemos visto dibujos y pinturas parecidos a las fotografías que adjunto? A algunos les parecerá una irreverencia o una falta de respeto. Sin embargo, apropiarse de la crucifixión –cuando ésta era un método antiquísmo de ejecución que se utilizaba en diversas sociedades mediterráneas- como símbolo de una creencia me parece excesivo.
Por ello os aclaro que ni afirmo que Cristo era mujer ni pretendo ofender a nadie convirtiendo a las jóvenes de estas fotografías en imágenes blasfemas. Me limito a proponerlas como representación estética de un castigo que ya tenía lugar en Persia mucho antes del nacimiento de Jesús. Así pues, ego me absolvo.
No obstante, soy consciente de que el tema levanta ampollas. Si un autobús en el que se dice que probablemente Dios no existe enciende pasiones entre los católicos conservadores, la simple expresión de la idea de que Cristo o Dios podrían representarse como mujeres provoca de todo menos simpatías. No sé si sabéis que el fotógrafo extremeño Jose Antonio Montoya recibió incluso amenazas de muerte por confeccionar un catálogo en el que, entre otras imágenes –lo cierto es que el tono de las fotografías podía calificarse de semipornográfico- Jesús aparecía con genitales femeninos. Pero no me hagáis mucho caso piltrafillas, será que es domingo y me ha dado por el esoterismo... o que he visto a estas mujeres convirtiendo en sensual algo tan tétrico como son las ejecuciones y he perpetrado esta larga entrada para justificar sus fotos. Y eso me lleva a reflexionar lo siguiente. Sangre derramada, martirios, estigmas... ¿es el Cristianismo una asociación gore? En fin piltrafillas, que el Señor esté con vosotros. Podéis ir en paz.
ES usté cojonudo, me encanta la fluidez con que dice su palabras!! y cuanta verdad encierran!
ResponderEliminarDe todas formas, no me gustan crucificados ninguno de los sexos...
Como engorda mi ego con sus alabanzas. Debo pedirle que se modere o mi salud se resentirá.
ResponderEliminarPor otra parte -dejando a un lado lo que he escrito sobre Dios, que ya tiene narices que últimamente me de por escribir sobre él/ella cuando ya me he declarado agnóstico- ya he insinuado en el texto que quizás todo ello no sea más que una excusa. Es decir, que más que la corona de espinas lo que me ha llamado la atención son un par de razones. Es decir, aquello de que tiran más dos tetas...
No son alabanzas, ese es un término muy eclesiástico! se dice así??
ResponderEliminarSon simples reconocimientos de su talento, no en vano quiso estudiar bellas artes, juas.
Pero si su salud peligra por ello, escribiré con tinta transparente.
Un abrazo!!
Por cierto, estuve a punto de dedicarle el post de hoy, sabía que le iba a gustar!!