Y ahora le toca a Perry Gallagher, un tipo que –para conseguir su primera cámara- se comió seis cajas de cereales al leer que con sus respectivas tapas y 5 dólares podría canjearla en el supermercado. Alguien así no podía convertirse en otra cosa que en un friki de la fotografía. Eso, añadido a su manifiesto gusto por la sensualidad, os da una idea de por dónde discurre su obra.
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