Un par de años antes que este tarado que os escribe nació en el lejano Wisconsin el ilustrador Kevin Clark. Dotado para los lápices, comenzó de muy pequeño a dibujar pero su hermano mayor le mostró el camino de la música por lo que el arte de Kevin se encarriló hacia ese ámbito. Formó y tocó en un montón de bandas de jazz y durante años giró por bares y clubs hasta que se convirtió en productor para ayudar a grupos locales. No tardó en descubrir lo mucho que los ordenadores le podían ayudar como músico y –de pronto- se vio utilizándolos en la realización de cortometrajes de animación. Pasado el tiempo decidió regresar a sus raíces –papel, lienzos, lápices y pinceles- y fundar KC Art.
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