Piltrafillas, en Barcelona hace días que ha bajado la temperatura como si ya fuese invierno y está lloviendo intermitentemente aunque con tozudez. Eso me ha hecho recordar todo cuanto se ha hablado del cambio climático y del –dicen- extraño devenir de fenómenos atmosféricos que se comportan de manera diferente a como lo hacían en otros tiempos. Y no sé si eso es cierto o no, pero amiguitos, cuando yo era pequeño, lo que salía con la lluvia eran los caracoles. En cambio, mirad lo que me he encontrado esta mañana camino de la oficina. Si siguen apareciendo especímenes de este tipo cada vez que caigan cuatro gotas, al final sí que el mundo –al menos el masculino- va a sufrir un calentamiento global.
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