Es la hora de hablaros de un nuevo clásico, un vehículo que auna diseño y potencia. Piltrafillas, ¿quien no conoce al Mercedes-Benz 300 SL? Exacto, el que tuvo una versión que se conoció como alas de gaviota. Se trata de un deportivo biplaza que se fabricó en entre mediados de los años 50 y principios de los 60. Tuvo versiones roadster, coupe y descapotable, y el responsable de su comercialización y éxito –en parte- fue el importador norteamericano Max Hoffman, quien –avanzándose o adivinando los gustos de los incipientes consumidores de alto poder adquisitivo de su país- se dedicó a proponer a marcas europeas como Mercedes-Benz o Porsche la fabricación de unos coches con una serie de características ideadas por él de cara a abastecer a sus clientes.
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