sábado, 11 de octubre de 2008

Photoshop


A estas alturas creo que todo el mundo –a no ser que haya pasado los últimos diez años de su vida encerrado en una cueva- sabe lo que es el Photoshop. Pero, por si acaso, por si alguno de esos improbables eremitas que han decidido abandonar su aislamiento y la vida contemplativa ha escogido ponerse al día leyendo este humilde blog, os voy a explicar en muy poco espacio qué es eso del fotochó.

El Photoshop, amiguitos, es una aplicación informática desarrollada por la empresa norteamericana Adobe Systems ideado para retocar y editar imágenes. Muchos fotógrafos profesionales utilizan este material para positivar y ampliar sus obras y –con el auge de la fotografía digital- muchísima gente usa el Photoshop para manipular o corregir el resultado de sus fotografías familiares. El Photoshop es el responsable de que en muchas de nuestras fotografías no se vean los ojos rojos por culpa de la utilización del flash, o no aparezcan elementos que “estaban ahí” pero nos molesta ver en la imagen definitiva que queremos conservar. Finalmente, el Photoshop es el culpable de que muchas veces una fotografía atraiga poderosamente nuestra atención con una imagen que tomamos como real, pero que –ciertamente- no lo es. En otras ocasiones –como con la fotografía que acompaño a modo de ejemplo-, aunque el resultado del trabajo del fotógrafo y el uso que éste ha hecho del Photoshop pueda atraernos igualmente, no resulta para nada creíble. Es el peligro de abusar de esta herramienta informática tan notable.

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