sábado, 11 de octubre de 2008

Sarah Palin



Bueno, bueno, piltrafillas..., cada vez queda menos para las elecciones presidenciales en los Estados Unidos –algo que, nos guste o no, influirá en nuestras vidas- y parece que los integrantes del ticket republicano lo tienen cada vez más difícil.

Sí amiguitos, pocos osan levantar la voz en exceso contra un veterano de guerra tullido que escogió permanecer junto a sus hombres en una prisión en la jungla y ser torturado antes que beneficiarse de su posición social y rango para ser liberado. Sin embargo, en ese país de hipócritas con dos caras, de gentes obsesionadas por comportarse de manera políticamente correcta de puertas hacia afuera que en la intimidad son capaces de las más grandes vilezas, de ciudadanos que –mayoritariamente- siguen siendo racistas y machistas, no parece que les duelan prendas a la hora de vilipendiar a alguien como Sarah Palin, alguien que –pese a ser mujer- en el fondo tiene la misma mentalidad que los habitantes de los estados en los que pretende que la voten.

Lo dicho. No soy analista político –sabéis que desde este espacio me dedico a hablar de muchos temas, la mayoría de los cuales desconozco-, pero me atrevería a pronosticar para el mes que viene una victoria demócrata aplastante. Así, con un presidente de raza negra en la Casa Blanca y esa mentalidad a la que me refería antes anclada en el subconsciente de la mayoría de la ciudadanía media tradicional norteamericana –lo que conocemos como la América profunda-, el peligro de un atentado en los años próximos será más que probable. Hollywood debe estar frotándose las manos.

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