Quiero felicitar desde aquí a la Infanta Dª Elena –la trato con deferencia, no sea que el CNI me cierre el blog-, quien ha pasado de ejercer la docencia para niños con necesidades especiales –un eufemismo como la copa de un pino- a ser empleada de la Fundación Mapfre como responsable de proyectos sociales. El sueldo que percibirá por ello va a ser de 200.000 euros al año. Una minucia. Y es que –como ya ha podido constatar el país entero-, los miembros de la Familia Real española trabajan y se ganan el pan como cualquier conciudadano. Y si no que se lo digan a la Infanta Dª Cristina, que trabaja en la Fundación “la Caixa” –seguramente con un salario mileurista- y a la que le debe costar un gran esfuerzo económico mantener su lujosa casa en la parte “noble” de Barcelona y alimentar a toda su prole. Por ello rompo una lanza –otra cosa me gustaría romper también- por la pobre Infanta Dª Elena y agradecer al Cielo que por fin haya encontrado la estabilidad sentimental y un trabajo acorde con su preparación. Además, ¡qué guapa es la jodía!
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