Vaya amiguitos!, después de tanto tiempo me he dado cuenta de que inexcusablemente todavía no os había recomendado uno de los platos que más le gustan a casi todo el mundo. Se trata el sencillo, humilde, económico y alimenticio plato de Macarrones con salchichas. En efecto, ¿a que parece mentira que aún no os haya hablado de él? Además, sé que está mal el decirlo, pero a mi piltrafillas, este plato me queda de muerte. Vamos a por ello pues, pasito a pasito.
1) Hervir en abundante agua salada los macarrones. Yo prefiero los de superficie rayada, pero también podéis utilizar esos finitos de calibre pequeño. Cuando estén al dente, escurrirlos en agua fría para evitar que se enganchen los unos a los otros y reservar.
2) Elaborar un sofrito. Para ellos calentaremos un poco de aceite de oliva en una sartén y le echaremos una cebolla rallada. Cuando esté dorada, añadiremos una o dos rodajas de sobrasada –la cantidad irá en función del número de comensales- y un trozo de foie gras. Después de que todo coja color, tiraremos el tomate concentrado, sal, pimentón rojo, y una picada de ajo y perejil.
3) Freír salchichas cortadas a trocitos –a mi me gustan muy hechas, casi quemadas- y reservar.
4) Juntar bien la salsa del sofrito, las salchichas y los macarrones, extendiendo la mezcla sobre una fuente de horno.
5) Por último, esparcir sobre los macarrones abundante queso rayado con algo de orégano y distribuir por encima tres o cuatro trocitos de mantequilla.
En este momento se puede dejar ya preparado el plato hasta que sea la hora de comerlo. Yo acostumbro a hacerlo a primera hora de la mañana y así luego tengo tiempo para dar un paseo con la familia hasta que llega el mediodía. Llegado el momento de dar cuenta del plato, solo hay que conectar el horno con gratinador durante unos minutos hasta que el queso –dependiendo del tipo utilizado- se funda o quede crujiente y tostadito.
Una variación de la receta es la que a la mezcla del paso 4º añade un sobrecito de parmesano en polvo.
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