De Profundis

Piltrafillas, este que escribe, quien os recomienda sin descanso obras bastante raritas del cine asiático, decidió una tarde hacer caso de un amigo y ponerse a mirar sin complejos De Profundis, una película española de –digamos- animación. El matiz que introduzco viene a cuento porque no se trata de una película de dibujos animados al uso. En realidad, aunque hay cierta animación digital en algunas escenas, lo que la cámara hace es moverse por las ilustraciones del dibujante gallego Miguelanxo Prado. La historia comienza con un misterioso caserón en medio del océano, una mansión decorada con infinidad de elementos marinos –estrellas, caracolas, sextantes, cartas de navegación... y unos cuadros dedicados a unas misteriosas sirenas, una casa en la que vive una mujer –solitaria- que toca el cello. Un barco de pesca pasa ante ella y le hace señales. Ella y uno de los pescadores se conocen. Luego vemos como las ballenas saludan a la mujer, y observamos la cubierta del barco en donde los pescadores utilizan como cebo un extracto luminoso que un chavalín que va en el pesquero ha exhalado al cantar una triste melodía. Advertimos entonces que uno de lo pescadores –el que saludó a la enigmática mujer del cello- dibuja. ¿Acaso es el autor de las pinturas que decoraban las paredes de la casa? Luego aparece en la pantalla un faro, y su viejo farero ciego que hace volar una cometa.

No hay diálogos, sólo una triste música liderada –según la ocasión- por un cello o un piano que une las imágenes y nos hace pensar que nos encontramos ante una película bastante parecida a aquellas de Kim Ki-Duk de las que ya os he hablado anteriormente. Unas imágenes preciosas, un film que es verdadera poesía visual acompañada de una música relajante..., pero algo lento. A la media hora de película aún no sabemos de qué narices va. Sin embargo, conforme avanza, se va entendiendo que –como en la vida- lo importante no es el destino sino el viaje. Desde mi punto de vista, estamos ante una metáfora que plasma en imágenes de gran belleza la realidad de muchos hombres y mujeres de la costa gallega. Pero eso es sólo una interpretación. A saber si se corresponde con la idea original de su autor. Y eso es todo amiguitos, no me gustaría desvelaros nada más para así poderos dar la oportunidad de verla. Si lo que más os gusta del manga japonés es la acción, ni se os ocurra iniciar el visionado de De Profundis. Si sois capaces de emocionaros ante un cuadro o una fotografía, si os gusta el mar, echadle una ojeada.