Como os podéis imaginar, por mi el Domingo y el Octavio se pueden ir a paseo. Vamos, ellos, los novillos y la madre que los parió a todos. Si a mi no me gustan los toros, coño. Con tal de que aparezca en el ruedo la valiente novillera Alejandra Amaya ya tengo suficiente. Y si no torea, que nos haga un estriptís.
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