Despido el mes con la italiana Laura Sciacovelli, quien ya nos visitó en el lejano otoño de 2010 y hoy regresa para mostrarnos otra selección de sus estupendas fotografías.
viernes, 30 de septiembre de 2016
Dokken – Tooth and nail (Elektra 1984)
Amigos, hoy me parece un inmejorable día para recomendaros el
Tooth and nail de Dokken, del que este septiembre se ha
cumplido el trigésimo segundo aniversario de su publicación. Tal como ya
os conté en este mismo
espacio
hace ya unos años, a los norteamericanos los descubrí un verano del 86 con
el soberbio Under lock and key pero me atraparon de tal manera –es
incluso uno de los pocos grupos que he llegado a ver en directo– que no
tardé en comprar este Tooth and nail que hoy os presento
y
que conseguí de importación convencido de que se trataba de su primer
trabajo, sin tener ni idea de la existencia del
Breaking the chains, el debut de
Don Dokken, banda que rápidamente vio cambiado su nombre a
Dokken.
Y es que, a principios de 1981,
Don Dokken y sus compañeros
Juan Croucier, George Lynch y
Mick Brown firmaron un
contrato con los franceses Carrere Records –el sello que llevaba a
Saxon– gracias a Gaby Hauke, la manager de Accept, que también consiguió a
Michael Wagener como
productor, un entonces casi desconocido ingeniero de sonido que era íntimo
amigo de Udo Dirkschneider e
incluso había formado parte de la seminal primera formación de
Accept. La conexión Accept no
finaliza ahí ya que, pese a figurar
Croucier como bajista en su
primer elepé, el que grabó la práctica totalidad de los temas fue
Peter Baltes, quien años más tarde volvería a formar equipo con
Don en su disco en solitario
del que también os hablé
aquí. Al año siguiente, de vuelta en los Estados Unidos,
Dokken ficharon por Elektra –llevándose a
Wagener con ellos– y el
resultado de su presentación fue tan malo que
Croucier les abandonó para
unirse a Ratt. De hecho, la compañía estuvo a punto de echarlos pero lograron
convencerles para que les financiasen un nuevo álbum.
El resultado fue el fichaje de
Jeff Pilson como nuevo bajista
y la contratación de Tom Werman, un
hombre de Elektra que
estaba produciendo a
Mötley Crüe y que al poco
tiempo abandonó a la banda, harto de la mala relación entre
Lynch y
Dokken y de los excesos de la
banda. Por eso, aunque Elektra confió
en el mítico
Roy Thomas Baker –Queen, Journey, Alice Cooper y un largo
etcétera– como nuevo productor, lo cierto es que este dedicó más tiempo a
estar de fiesta y llenar su nariz de polvos blancos que a trabajar en el
disco, labor que recayó en el abnegado y voluntarioso
Michael Wagener pese a las
comprensibles reticencias de
Lynch después de ver cómo
había quedado su primer disco. Sin embargo, el resultado esta vez fue de
lo más provechoso y llevó a Tooth and nail a cotas de ventas
inimaginadas por los ejecutivos de Elektra, sobre todo para una
banda que habían estado a punto de despedir y que basaba su energía
creativa en un vocalista y un guitarrista que no se soportaban. Es
significativo el hecho de que el recién llegado
Pilson ejercía de bisagra
componiendo con Don por un lado, mientras por
otra parte hacía lo propio
junto al dúo Lynch-Brown, amigos al provenir ambos de la banda
Xciter. Lo sorprendente es que Dokken aún grabarían dos obras maestras
más que alcanzarían ventas de platino antes de su primera separación como
grupo.
En definitiva, que
Don Dokken a las voces,
George Lynch a las guitarras,
Jeff Pilson al bajo y
Mick Brown a la batería, bajo
la dirección más o menos aplicada de
Tom Werman, Roy Thomas Baker y
Michael Wagener grabaron en
los Cherokee studios de Hollywood el estupendo
Tooth and nail que hoy os presento –con portada de
Studio B diseñada por
Bob Defrin– y que tenía el siguiente track list:
A
Without warning
Tooth and nail
Just got lucky
Heartless heart
Don’t close your eyes
B
When heaven comes down
Into the fire
Bullets to spare
Alone again
Turn on the action
El álbum se inicia de manera admirable con
Without warning, una estupenda instrumental cargada de sentimiento que precede al tema
título Tooth and nail, un hard rock rápido en el que
Mick Brown golpea sin recato
sus parches y Lynch –como no
podía ser de otra manera– nos regala un fantástico solo.
Just got lucky baja un poco el
ritmo, pero sigue siendo un estupendo tema puramente dokkeniano –de
hecho, fue el segundo single extraído del álbum– en el que la banda
suena cohesionada y nos ofrece su mejor sonido, mérito sin duda de
Michael Wagener a las mezclas.
Heartless heart sigue la misma
tónica, un hard rock festivo, con bonitos estribillos, la
característica voz de Don, los estupendos guitarrazos de
George y una base rítmica sin
fisuras, cortesía de Mick y
Jeff. Y con Don’t close your eyes, la banda pone el acelerador sin dejar de sorprendernos con el
distintivo trabajo de guitarras de un
Lynch que estaba sembrado y
que alcanzaría su cenit en el siguiente disco del grupo.
Cambiamos de cara hambrientos de más y nos encontramos con
When heaven comes down, otro típico tema que sigue la tónica general y sirve de preámbulo a una
fantástica Into de fire que se
lanzó como primer single del elepé. Buenas melodías, buenas
interpretaciones –de nuevo un impresionante solo–, coros, apoyo de
teclados y estribillo facilón.
Bullets to spare es otra
canción típicamente Dokken, pero es la que menos me llama la
atención de todo el disco. Quizás sea porque se encuentra entre la
anterior y Alone again, el baladón del álbum, tercer single editado de este
Tooth and nail justo después de finalizar la gira de presentación y
–sin embargo– el gran hit del disco, un tema bastante simple pero con un
estribillo y solo acojonantes. Y después del bajón, pone fin al disco la
rápida Turn on the action, potente como ella sola dejándonos con ganas de más.
En fin amigos, un aperitivo de enorme calidad que iba a servir de prólogo
–para algunos de nosotros fue al revés– de su enorme
Under lock and key.
¡Feliz viernes!
@KingPiltrafilla
Entrada publicada simultáneamente en ffvinilo.blogspot.com
Entrada publicada simultáneamente en ffvinilo.blogspot.com
jueves, 29 de septiembre de 2016
Pascale Taurua
La artista a la que hoy os quiero dar a conocer es la francesa Pascale Taurua, una pintora nacida en Nueva Caledonia que con diecisiete años fue elegida Miss y que –tras seis meses como reina de la belleza– decidió renunciar a su corona y abandonar París, regresando a su Nouméa natal. Diplomada años después en el Conservatoire Artistique de Papeete, acabó convirtiéndose en una pintora respetada por su talento y la belleza de sus obras.
miércoles, 28 de septiembre de 2016
Amanda Austin
Ahora le toca a otra fotógrafa, esta vez la australiana Amanda Austin. Natural de Melbourne, lleva más de diez años afincada en Sidney trabajando sobre todo para Frankie Magazine. También se la puede encontrar en las páginas de Harper’s Bazaar o Pages.
The Cramps – Stay sick! (1993, Big Beat)
Amigos, si a un amante de la estética pin-up de los 50 como yo, enamorado de las imágenes vintage, la música, el cine exploitation, las portadas de Eerie o Creepy y el erotismo hay una artista que le resulta icónica, esta es sin duda –obviando a Bettie Page– la californiana Kristy Marlana Wallace, más conocida por el nombre artístico de Poison Ivy. Y es que las nuevas generaciones quizás vean a Lady Gaga o a Rihanna como la personificación del erotismo y la provocación –Dios, quita la venda de sus ojos– pero mucho antes estuvo esta mujer, cantando sobre voodoo, ovnis, mutilaciones y sexo, mucho sexo, algo que no sólo podía escucharse en sus letras sino que podía verse en su manera de vestir y de tocar junto a su esposo, el malogrado Lux Interior. Ambos formaron parte de la incipiente escena punk del mítico club neoyorquino CBGB y crearon The Cramps, influyente banda que se convirtiría en el referente del psychobilly –surrealista mezcla de punk, rock clásico y rockabilly– durante más de treinta años y de inspiración de diversos y variopintos artistas, ¿o no pensáis que Alaska y Mario Vaquerizo son unos impersonator ibéricos de Poison y Lux? Otra cosa es que Olvido pueda compararse a Kristy, claro.
Pero antes, mucho antes de la muerte de Lux y de la desaparición del grupo, decidí comprarme su último cedé para hacerme una idea de cómo sonaban. Recordad amigos que estábamos en la era preinternet, esa que hoy no concibimos pero que ocupa la mayor parte de las vidas de algunos de nosotros. Total, que quiso la casualidad que me encontrase en la estantería de mi tienda de discos –supongo que tratándose de un cedé sería Discos Castelló– este Stay sick!, una reedición de su cuarto álbum de 1990 que contaba con Lux Interior a las voces, Poison Ivy a las guitarras, Candy Del Mar al bajo –esta fue su primera colaboración en estudio– y Nick Knox a la batería, en la que sería su última contribución como miembro del grupo. Grabado en los Music Grinder studios de Hollywood con Poison Ivy a la producción, Stay sick! contaba con portada del propio Lux Interior fotografiando a la modelo Ukhan Kizmiaz, que –lo habéis adivinado– no era otra que Poison Ivy jugando con las palabras (You can kiss my ass).
El track list, que corresponde a la reedición de Big beat records de 1993, fue:
Bop pills
God damn rock & roll
Bikini girls with machine guns
All women are bad
The creature from the black leather lagoon
Shortnin’ bread
Daisys up your butterfly
Everything goes
Journey to the center of a girl
Mama oo pow pow
Saddle up a buzz buzz
Muleskinner blues
Her love rubbed off
Her love rubbed off (LIVE)
Bikini girls with machine guns (LIVE)
El cedé se inicia con Bop pills, un rock clásico cincuentero al igual que God damn rock & roll. Y es que, ya os lo digo ahora, The Cramps no se apartan ni un ápice de su estilo, ese rockabilly crudo y puro mezclado con punk, rock clásico y la inconfundible y sincopada manera de cantar de Lux. Bikini girls with machine guns es el gran éxito del álbum, único de la carrera de The Cramps que logró meterse en el Top 40 UK. Su estribillo con esa base rítmica machacona y la icónica foto de Poison Ivy para el single son inolvidables. All women are bad es más de lo mismo, con esa declaración They got groovy wiggly tails, they got horns on their head, all women are bad, all women are bad, yeah que tiene continuidad en The creature from the black leather lagoon, en la que –con ese título no podéis esperar otra cosa– se respira cine de horror de serie B (por cierto, el clip es impagable, con un violento Lux vistiendo un tanga de cuero y Poison al límite de sensualidad). Entonces llega Shortnin’ bread, versión de una vieja canción folk pasada por el tamiz de los Cramps. Y la verdad es que tampoco hay mucho más que decir. Con Daisys up your butterfly continúa el mismo sonido, al igual que con el resto de temas, esa mezcla de garage, Jerry Lee Lewis, clasicismo –a cargo de Poison Ivy– y punk desaforado e histriónico a cargo del malogrado Lux Interior sin desmerecer ese bajo omnipresente de Candy Del Mar, desde la roquera Everything goes hasta la genial e hilarante versión del Muleskiner blues de Jimmie Rodgers, un tema redneck a más no poder que en la voz de Lux cobra un inusitado matiz. Her love rubbed off de Carl Perkins es otra inequívoca muestra del amor que esta pareja sentía por los sonidos clásicos cincuenteros. Y hasta aquí el track list de la versión original de Enigma records. La que poseo, una reedición posterior, incluye sendas grabaciones en directo de este último tema de Perkins y del single Bikini girls with machine guns.
Total, que os acompaño la grabación completa y los imperdibles clips de Bikini girls with machine guns y The creature from the black leather lagoon. Dicen sus incondicionales que este no es su mejor álbum, pero como muestra de su sonido no está nada mal.
¡Feliz fin de semana!
©King Piltrafilla
Entrada publicada el pasado viernes en zeppelinrockon.com
Entrada publicada el pasado viernes en zeppelinrockon.com
martes, 27 de septiembre de 2016
Ailera Stone
Hoy os presento a la joven fotógrafa lituana Ailera Stone, una artista que en la actualidad reside en Londres y trabaja para publicaciones como Haunt, C-Heads, Glacier, So Vain o Coco Magazine.