lunes, 31 de agosto de 2015

Zaph Beeblebrox


Piltrafillas, Zaphod Beeblebrox es un personaje de la comedia radiofónica de ciencia ficción La guía de la galaxia para autoestopistas creada a finales de los 70 para la BBC por Douglas Adams. Al parecer, la serie fue en su tiempo todo un fenómeno, habiéndose publicado libros, adaptaciones teatrales, una serie de televisión e incluso un cómic publicado en los años 90 por DC. Y sin embargo, yo no tenía ni idea de su existencia. Pero la verdadera razón por la que os hablo de Zaph Beeblebrox es porque –además– es el pseudónimo de un fotógrafo de Melbourne que se dedica al desnudo artístico. ¿A que ahora ya os cuadra más?.

domingo, 30 de agosto de 2015

Supersonic Man


Y hoy también toca hablaros de un título mítico de la serie B hispana, la imprescindible –por cutre– Supersonic Man, dirigida, producida y coescrita por el valenciano Juan Piquer Simón. Después del éxito internacional que supuso su Viaje al centro de la Tierra, el realizador pudo permitirse seleccionar entre diversos encargos que le llegaron y así es como se decidió por esta versión trash muy libre de Superman, exitosa cinta estrenada por Richard Donner un año antes. Y es que hasta la música de los créditos parece una burda copia de la inolvidable melodía de John Williams. Aquí, Kronos, un extraterrestre antropomorfo que hiberna en una nave espacial, es despertado con la misión de ir a la Tierra y salvarla de la propia humanidad. Será en nuestro planeta donde adquiera el nombre de Supersonic Man y deba luchar contra el Doctor Gulik, un villano que con la ayuda de un robot y los explosivos que el profesor Morgan –a quien ha secuestrado– diseña en su laboratorio, pretende dominar el mundo desde su base subterránea súpersecreta. Para ello utilizará su personalidad de superhéroe llamada Supersonic man, un tipo con máscara, capa y guantes forrados en purpurina azul que tiene súper fuerza, capacidad de volar, telequinesia, visión de rayos X e incluso puede convertir las pistolas en plátanos. 


Además de contar –entre una legión de secundarios de segunda clase como Quique Camoiras– con la participación de habituales colaboradores de Piquer como el asturiano Frank Braña o el barcelonés José María Caffarel y la aparición de la actriz y fotógrafa Diana Polakov –que fue pareja sentimental de Ramoncín y un buen día desapareció del mundo de la farándula–, Supersonic Man está protagonizada por el italiano Antonio Cantafora –acreditado como Michael Colby, ahí es nada– en el papel de Paul, el soriano José Luis Ayestarán –aquí Richard Yesteran– como su alter ego Kronos y el prolífico actor norteamericano de cine y televisión Cameron Mitchell, interpretando al malvado Doctor Gulik. Visto con ojos de hoy en día, la verdad es que toda la película parece casposa y cutre y no entendemos cómo estuvieron meses y meses dedicando jornadas maratonianas a la producción de unos efectos especiales que son bastante patéticos. Rayos láser amarillos, excavadoras de cartón, coches que explotan solos, maquetas de helicópteros o edificios que se advierten a simple vista, un robot que parece mezcla de un Cylon y esos juguetes japoneses hechos con hojalata, sin olvidar las imágenes de Supersonic Man haciendo que vuela superpuesto a vistas aéreas de Nueva York, de vergüenza ajena. Sin embargo, seamos justos y recordemos que los efectos especiales de Superman o su secuela, pese a tener detrás toda la maquinaria de Hollywood, nos parecen hoy igual de pueriles. Así que obviemos los innumerables fallos de esta simpática película y tomémosla como un homenaje del realizador al cine de superhéroes. Bueno, y a Star Wars... porque la transformación de Paul a Supersonic Man diciéndole a su reloj “Que la fuerza de las galaxias sea conmigo” suena a Yoda que te cagas. No os la podéis perder.


A modo de bonus, acompaño una imagen de la evaporada Diana Polakov.

Female teacher hunting


La primera reseña del día se la dedico hoy a Female teacher hunting, película japonesa protagonizada por Yuki Kazamatsuri que nos cuenta como en el instituto Shimazaki los alumnos y el profesorado están a punto de comenzar las vacaciones de verano. Sin embargo, un hallazgo va a enturbiar ese día de ilusión: esa misma mañana ha sido encontrado en la piscina el uniforme de la alumna Midori Murakami. Y eso no es todo, una llamada anónima ha acusado a Daisuke Kuriyama de haberla violado. Cuando su maestra le pide explicaciones, Daisuke reacciona con violencia y abandona el instituto, no sin antes hacerle saber a Midori que la culpa de haber extendido ese bulo. El chico deja la ciudad y llega de noche a una localidad costera en la que unos borrachos le asaltan. El dueño de un bar y su esposa le acogen, curando sus heridas y haciéndole partícipe de sus juegos sexuales. Más tarde veremos como la maestra Shimako Sakatani pretende pasar sus vacaciones con su amante en una casita frente a la playa. Sin embargo, Ichiro debe regresar apresuradamente a Tokyo para que su esposa no sospeche de él por lo que Shimako tendrá que quedarse sola el resto del verano. Lo que no imagina es que el pueblecito en el que está es el mismo al que ha ido a parar Daisuke, que volcará su frustración en ella. 


Dirigida por Junichi Suzuki en 1982, Female teacher hunting es otra cinta de la productora Nikkatsu por lo que –como ya os he comentado en alguna ocasión anterior– estamos ante pinku eiga de calidad, con guiones trabajados e interpretaciones notables, todo ello aderezado con varias escenas softcore que –sin embargo- no son lo más importante de la cinta, algo que no siempre ocurre con exponentes de este genero. En este caso lo importante es constatar que –además de un serio roblema de pedofilia latente en lo más hondo de la personalidad de los japoneses-, la inferioridad sexual de la mujer así como la impunidad de las vejaciones cometidas contra ellas era flagrante en los 80 y me temo que en la actualidad también. De todas la violaciones que se dan en la película, amiguitos, no sólo ninguna tiene castigo sino que sus víctimas las aceptan con resignación o incluso indiferencia. En fin piltrafillas, una más que recomendable peliculilla que a lo mejor resulta más profunda de lo que a simple vista parece, aunque solo sea como material para un estudio sociológico de lo que pasa por la cabeza de los japoneses. Esa obsesión por las colegialas no puede ser buena.

Victor Zamanski


Este, amiguitos, es un fotógrafo israelí llamado Victor Zamanski del que no puedo contaros nada excepto que se dedica al desnudo artístico.

Monteverdi


Piltrafillas, hoy –en lugar de hablaros de un coche en particular– quiero presentaros a toda una marca, una firma de automoción que definitivamente no se encuentra entre las más populares del mundo, al menos no para mi. Se trata de una empresa suiza que durante finales de los 60 y la primera mitad de los 70 se dedicó a fabricar vehículos de lujo. Me refiero a Monteverdi, la marca que Peter Monteverdi creó después de convertir el taller de reparaciones de su padre en un importante concesionario de BMW y Ferrari y hacerse un nombre con sus coches de carreras MBM con motor Porsche. Pero fue a finales de los 60 cuando decidió dedicarse a la fabricación de elegantes y deportivos automóvles de lujo, comenzando con el Monteverdi High Speed 375S que –con diseño del mítico Pietro Frua– presentó en el Salón de Frankfurt. Sin embargo, dos años después comenzó una fructífera relación con Carrozzeria Fissore, que rediseñó el 375S y desarrolló diversas versiones del mismo. A mediados de los 70, Monteverdi abandonó la construcción de automóviles deportivos de lujo y se pasó a los SUV de alta gama. Su primer lanzamiento fue el Sahara, que en realidad era un boutique car, es decir, un coche ya existente –en este caso un International Harvester Scout– al que Monteverdi se limitó a tunear el interior para hacerlo más lujoso y exclusivo y modificar la parrilla frontal para aportar su distintivo de marca. Un año después lanzaron el Safari, que era el mismo coche pero con la carrocería diseñada especialmente por Fissore. Y eso es todo, piltrafillas. Monteverdi trabajó algunos años más en la modificación de diversos modelos de Plymouth, FIAT, Peugeot o Range Rover pero a principios de los 80 finalizó su andadura. Para los que estéis interesados, deciros que en Basilea podéis visitar el Monteverdi Museum que –además de los vehículos producidos por la firma– contiene diversos prototipos que se construyeron como base a proyectos que no vieron finalmente la luz. Para ilustrar la entrada os acompaño varias fotografías de diferentes versiones del High Speed 375S así como del Safari.

sábado, 29 de agosto de 2015

Andrew Valko


Despido mis entradas del día con los acrílicos del pintor checo Andrew Valko, un artista que a los once años se estableció con su familia en Winnipeg. Diplomado en Diseño Gráfico y Artes Aplicadas en el Red River Community College, en la actualidad sigue residiendo en esa localidad canadiense. Sus trabajos constan en colecciones diversas por todo el mundo.