martes, 31 de diciembre de 2013

Cuidado con la fiesta, piltrafillas


Feliz noche a tod@s

Scott Worldwide


Amiguitos, ha llegado el momento de despedir el año, de escribir las últimas líneas de la penúltima entrada de este blog. Y la casualidad ha querido que lo haga dedicando un espacio a Scott Worldwide –huelga decir que se trata de un pseudónimo-, un fotógrafo de Philadelphia que a los 16 años cogió su primera cámara y lleva varias décadas trabajando como director artístico y creativo en el mundo de la publicidad. Sin embargo, los últimos diez años ha alternado su profesión con una faceta algo más personal que –como podéis imaginar- es la que me ha llamado la atención.

Pollo al limón con bacon


Amiguitos, en el espacio dedicado a las recetas en este blog os he hablado de ensaladas, pescados, postres, bocadillos o churrasco, pero si hay un producto que se repita a menudo –en arroz, al vino, en fajitas...- es el pollo, el socorrido plumífero que nunca falta en nuestra mesa. Así que hoy, de una manera poco original por mi parte, os voy a explicar como se hace este plato que –sin ir más lejos- ayer mismo comí. 

Para cocinar un Pollo al limón con bacon ecesitamos unas pechugas de pollo grandes y limpias –una por persona- que cortaremos longitudinalmente en dos mitades y luego haremos lo mismo con ellas para que nos queden cuatro trozos alargados de pollo. Los salpimentaremos y envolveremos en lonchas finas de bacon. 
En una fuente para horno dispondremos rodajas de patata –cortadas algo gruesas- sobre las que echaremos un pellizco de sal, un chorrito de aceite y espolvorearemos unas hierbas de esas que ya se compran envasadas, mezcla de tomillo, orégano, romero, etcétera. Sobre las patatas dispondremos los trozos de pollo envueltos en el tocino y precalentaremos el horno a 200 ºC antes de introducir la fuente. Una vez hecho esto, pasados quince minutos, añadiremos medio vaso de caldo de ave y diez minutos más tarde echaremos el zumo de medio limón. Tras cinco minutos, lo serviremos bien calentito. 

En resumen piltrafillas, otra de esas recetas a buen precio, fáciles y rápidas, que en un momento os sacan de un apuro. Además, está muy buena.

Pussy Riot


Seguramente habréis oído hablar de ellas, las Pussy Riot, un grupo de jóvenes rusas que se autodefinen como colectivo feminista punk y se dedicaban a dar conciertos en los que cantaban temas políticamente provocativos y comprometidos con la situación de muchas mujeres de Rusia –lo de la igualdad de género, allí es un chiste- así como contra la política de Vladimir Putin y, más concretamente, su campaña a la presidencia del país. 


Pues bien, no se si recordaréis que hace casi dos años se presentaron en la Catedral de Cristo Salvador en Moscú e hicieron un concierto en el que gritaron consignas contra Putin y contra la Iglesia Ortodoxa. En aquel incidente fueron detenidas Yekaterina Samutsevich –más tarde liberada, ignoramos qué oscura razón lo hizo posible-, Maria Aliojina y Nadesha Tolokónnikova. Las dos últimas fueron encarceladas, acusadas de ofender los sentimientos religiosos de los creyentes ortodoxos. 


Pese a –en mi opinión- haber protagonizado un acto de dudoso gusto, lo cierto es que la manera de proceder de la Fiscalía y el autoritarismo poco transparente de Vladimir Putin contribuyeron a crear una corriente de empatía internacional ante las chicas. Pero resulta que ahora, cuando las dos integrantes de Pussy Riot han sido amnistiadas tras pasar en prisión 20 meses, Nadezdha Tolokónnikova y su compañera han anunciado que el colectivo está a punto de iniciar un proyecto para la defensa de los derechos de los presos rusos. 


Y así, la jovencita punk gritona y feminista se ha arreglado –la verdad es que es guapa la chica, ya tenéis un comentario machista para echarme en cara si lo deseáis-, se ha pintado las uñas y con el pretexto de poner sobre la mesa las deplorables condiciones de las cárceles rusas, ha montado una ONG sin –aparentemente- recursos ni ayuda financiera. Y yo os pregunto ¿alguien se lo cree? Estoy convencido de que la CIA, oligarcas rusos contrarios a Putin o ambos grupos están detrás de Nadezdha, peón de una sociedad corrupta de quién en un tiempo ni se hablará o –en el mejor de los casos, hay otras alternativas algo cruentas- acabará en las páginas de Vogue o Harper’s Bazaar

Piltrafillas, время покажет.

lunes, 30 de diciembre de 2013

Be a Piltrafilla


Stephanie Vovas Re-visited


Así es, piltrafillas, esta es Stephanie Vovas, una fotógrafa afincada en Los Angeles que ha trabajado para L.A. Times, Treats! Magazine o Playboy –entre otras publicaciones- y ya nos visitó un primaveral 27.04.10 con sus estupendos retratos. Este lunes nos trae una nueva selección de sus sensuales trabajos.

domingo, 29 de diciembre de 2013

Massimo La Grotteria


Despido el fin de semana con el suizo Massimo La Grotteria, un pintor de Lucerna que en la actualidad reside en Carpi –localidad de Módena, no confundir con la isla de Capri- en donde crea óleos como los que os muestro.

Out of the furnace


Y la última reseña cinematográfica del año va para Out of the furnace, una película norteamericana dirigida por el realizador Scott Cooper que aún no ha sido estrenada en nuestro país y que, desde ya, os recomiendo que veáis a la primera oportunidad que se os presente. El argumento nos cuenta la vida de Russell Baze, trabajador en una acería de North Braddock –depauperado suburbio del condado de Allegheny, a pocos kilómetros de Pittsburg y en pleno cinturón industrial del acero y el carbón- y su hermano Rodney, que disfruta de un permiso como soldado destinado en Irak y que en su contínua búsqueda de una vida mejor lejos de su hogar no ha parado de endeudarse, por lo que su hermano mayor tendrá que sacarle las castañas del fuego. Sin embargo, a causa de un desgraciado accidente, Russell será acusado de homicidio y encarcelado. Al salir de prisión, su padre habrá fallecido, su novia se habrá ido con el jefe de la Policía y tendrá que rehacer su vida recuperando su trabajo en la acería. Sin embargo, Rodney volverá a meterse en líos y esta vez su hermano no podrá hacer nada por él. A partir de entonces, Russell tendrá que escoger entre dejar que las autoridades hagan su trabajo o hacer justicia. 


Se trata de una película coral en la que el protagonista principal –si atendemos al total de minutos en pantalla- es Christian Bale, pero que comparte el peso de la historia con un estupendo Casey Affleck. En el reparto nos encontramos también con la presencia -por orden de importancia decreciente- de Willem Dafoe, Forest Whitaker o Zoe Saldana aunque quién brilla a lo grande –desde el inicio de la cinta, esos cuatro minutos en los que se nos presenta a ese pedazo de hijo de perra que es Harlan DeGroat- es el magnífico Woody Harrelson. Out of the furnace es el retrato de una sociedad gris, de hámsters atrapados en una rueda sin fin, vidas monótonas, trabajos que pasan de padres a hijos, existencias al margen del sueño americano, historias alejadas de la soleada Miami, la cinematográfica Los Angeles o la cosmopolita Nueva York, con personas que viven según sus propias reglas de comportamiento, gente dura que sigue a rajatabla ese concepto tan norteamericano de hacer siempre lo que se debe hacer aunque no cumpla la ley. En fin, amiguitos, una película muy interesante, que –aunque no profundiza demasiado en los personajes- le atrapa a uno y le hace ponerse en la piel del protagonista. 

Como bonus, deciros que la banda sonora con el tema Release de Pearl Jam es muy acertada –tanto por la melodía como por la letra- y que si os estáis preguntando qué película se proyecta en el autocine al principio de la cinta, esta es Midnight meat train. Y sí, en su día -aquí tenéis la reseña- la comenté en este espacio.