Bueno amiguitos, pues finaliza el mes de Marzo y alcanzamos una marca psicológica. Ya se que no significa nada, pero hace ilusión. Muchas gracias a todos.
miércoles, 31 de marzo de 2010
Yamandu Rodríguez
Este es Yamandu Rodríguez, un artista argentino que se dedica a tomar fotografías a mujeres desnudas a las que conoce a través de internet. En sus obras de apariencia amateur nunca muestra los rostros de sus modelos ocasionales, supongo que para mantener su anonimato. Ha realizado diversas exposiciones en Buenos Aires de sus instantáneas, tan llenas de color como pretendidamente casuales y de aspecto tan –si me permitís el neologismo- internetianas.
Leftovers elevados al cuadrado
Piltrafillas, necesito coger la cámara y marcharme de Barcelona aunque sólo sea por un par de días para recargar mi ánimo de energía y mi tarjeta de imágenes. Así no tendré que ofreceros patéticas series como esta pequeña tanda de Leftovers elevados al cuadrado, es decir los descartes de los descartes. Lo dicho amiguitos, que me quiero ir. Por cierto, el Director General que entró en la empresa hace poco más de diez días... ¡ya se ha ido! (¿o debería decir huido?)
martes, 30 de marzo de 2010
Iwase Yoshiyuki
Y sigo en Japón, esta vez con el arte de un clásico de la fotografía nipona, ni más ni menos que el maestro Iwase Yoshiyuki. Nacido a principios del siglo pasado en un pequeño pueblo de pescadores de la península de Chiba, después de estudiar Derecho se decidió por dirigir la destilería de sake familiar y documentar fotográficamente las tradiciones costeras del país. Así, la mayoría de sus obras se caracterizan por estar íntimamente relacionadas con el mar.
Yasuji Watanabe Re-visited
Bizarro, sensual, provocador, todo un seguidor de la obra de Araki es este Yasuji Watanabe al que dediqué una entrada el pasado 26.07.08 y de quien hoy os ofrezco más instantáneas.
lunes, 29 de marzo de 2010
Aeroplane
La otra tarde caminaba al atardecer maldiciendo la poca luz que había y lo difícil que se me iba a hacer el captar buenas instantáneas. El sol se acababa de ocultar y la empinada calle por la que ascendía se encontraba en penumbra. Entonces oí los motores, miré al cielo y vi ese enorme pájaro de metal. Saqué la cámara sin tiempo para nada, le di al zoom y apunté hacia arriba un poco por delante en la trayectoria del aparato. En un segundo apareció en el visor y disparé. ¡Cazado!
El resultado es esta ridícula y poco original foto movida que luego maquillé jugando con filtros digitales y colorines. Lo sé, no tiene apenas valor, pero en el fondo me gusta como ha quedado.