Finalizo el viernes con Adam Larson, diseñador e ilustrador norteamericano freelance que ha conseguido numerosos galardones y ha trabajado para firmas como Nike, Virgin Mobile, Jack Daniels, Estee Lauder o Absolut. Diversos magazines han publicado sus trabajos, que además se han expuesto en varias galerías de Boston, Los Angeles y Nueva York.
viernes, 31 de julio de 2009
Gozu
Siguiendo con Japón, os voy a hablar ahora de Gozu, película de Takashi Miike. El argumento de ésta comienza cuando Ozaki, el miembro de un clan yakuza, le dice a un jefe mafioso con el que se ha reunido en un bar que un perro que hay en el exterior –un chihuahua peludo de mierda- está entrenado para matar yakuzas. Antes de decirlo le advierte que se trata de una broma, pero la solemnidad con que se lo cuenta así como el hecho mismo de hacerlo –parece que se esté pitorreando del jefe, una falta de respeto imperdonable- hace que su comportamiento no sea del agrado del mandamás. Pero lo peor no es eso, no acaba ahí el extraño comportamiento de Ozaki; el tipo sale del bar, coge a perro y lo estampa contra la acera y el escaparate del local. Como podéis imaginaros le encargan a Minami –protegido y fiel servidor de Ozaki- que le elimine. En lugar de ello, asaltado por las dudas y el remordimiento, Minami –involuntariamente, eso sí- pierde a Ozaki. A partir de ese instante -no sólo para evitar que su jefe se enfade más con él- tendrá como único objetivo encontrar al desquiciado y caído en desgracia Ozaki. Para ello aceptará la ayuda de diversos personajes de lo más friki en la búsqueda del hombre al que han ordenado asesinar, alguien que –ahora se da cuenta- supone para él algo más profundo, una especie de hermano mayor o incluso lo que tiene toda la pinta de ser el objeto de su pasión homoerótica. Así es piltrafillas, Gozu no es ni una película de terror –aunque su subtítulo sea Gran teatro del terror de yakuzas- ni de acción violenta.
Una vez más Miike nos ofrece una cinta friki en la que no ocurre nada de lo que uno esperaría ver y nos cuenta –esta vez- como unos protagonistas de lo más bizarro ayudan a un desorientado delincuente en su búsqueda espiritual. Al parecer, el realizador se planteó la película con una idea en la cabeza. ¿Qué pasaría si David Lynch dirigiera una cinta de yakuzas? La verdad es que no conozco la respuesta, pero ciertamente Gozu es de lo más rarito que he visto del director japonés (y eso que Miike ya es bastante friki normalmente). Ah, y si alguno duda de lo que cuento sobre la inclinación sexual del yakuza sólo tiene que ver la escena en la que Ozaki le pregunta a Minami por su reciente operación de fimosis y le ordena que le muestre el resultado con un “si no me la enseñas, te mato”. ¿Es eso muy masculino amiguitos? En fin, Gozu es una película para seguidores megafanáticos de Takashi Miike. El resto –entre los que me incluyo- la encontraréis larga, aburrida o simplemente dejaréis de verla a la mitad. Claro que, si lo hacéis, os perderéis la edificante imagen del jefe yakuza metiéndose por el culo un cucharon sopero, el único remedio que –en sus palabras- hace que “se le levante”, una práctica que le conducirá a la muerte en una escena de humor negro que sirve de prólogo a los únicos minutos gore –los cinco últimos- de toda la cinta.
Una vez más Miike nos ofrece una cinta friki en la que no ocurre nada de lo que uno esperaría ver y nos cuenta –esta vez- como unos protagonistas de lo más bizarro ayudan a un desorientado delincuente en su búsqueda espiritual. Al parecer, el realizador se planteó la película con una idea en la cabeza. ¿Qué pasaría si David Lynch dirigiera una cinta de yakuzas? La verdad es que no conozco la respuesta, pero ciertamente Gozu es de lo más rarito que he visto del director japonés (y eso que Miike ya es bastante friki normalmente). Ah, y si alguno duda de lo que cuento sobre la inclinación sexual del yakuza sólo tiene que ver la escena en la que Ozaki le pregunta a Minami por su reciente operación de fimosis y le ordena que le muestre el resultado con un “si no me la enseñas, te mato”. ¿Es eso muy masculino amiguitos? En fin, Gozu es una película para seguidores megafanáticos de Takashi Miike. El resto –entre los que me incluyo- la encontraréis larga, aburrida o simplemente dejaréis de verla a la mitad. Claro que, si lo hacéis, os perderéis la edificante imagen del jefe yakuza metiéndose por el culo un cucharon sopero, el único remedio que –en sus palabras- hace que “se le levante”, una práctica que le conducirá a la muerte en una escena de humor negro que sirve de prólogo a los únicos minutos gore –los cinco últimos- de toda la cinta.
jueves, 30 de julio de 2009
Moríos ya, coño!
Piltrafillas, no soy nacionalista español ni facha... ni tan sólo del Partido Popular, me siento catalán antes que otra cosa, no hice el servicio militar, me joden los abusos de poder y cada vez me fastidia más la clase política en general. No soy pues sospechoso de reaccionario ni de rancio españolista ni de nostálgico de autoritarismos de otro tiempo. Pero esto ya excede ideologías o sentimientos. ¡Ya está bien, hombre, ya está bien!, que alguien acabe ya de una puta vez con estos cabrones hijos de perra que hace tiempo que han dejado de servir a movimiento de liberación alguno y se han convertido en unos vulgares, rastreros y bestias criminales. Hoy han sido Guardias Civiles, pero mañana podemos ser uno de nosotros, paseando por las calles de cualquier ciudad o durmiendo apaciblemente, sin molestar a nadie, sin importarles una mierda a esos salvajes que están arrastrando por el fango el buen nombre de la sociedad a la que fingen servir y utilizan de coartada. ¡Iros a tomar por el culo, hatajo de inadaptados!
Iron Maiden: Flight 666
Ahora, uniendo música y cine os recomendaré encarecidamente que le echéis una ojeada a Iron Maiden: Flight 666, un documental dirigido por el realizador canadiense Sam Dunn –autor también de Metal: A Headbanger’s journey, otra cinta de la que ya os di cuenta en su día- centrado en la primera fase de la gira Somewhere back in time World Tour que la banda británica de hard rock Iron Maiden llevaron a cabo a principios de 2008.
Y si podéis disfrutar de la edición en doble DVD con la película por un lado y el concierto por el otro, será la mejor tarde que hayáis pasado en mucho tiempo... siempre y cuando –también es cierto- sintáis algo por estos músicos y su obra. Un fan lo deja claro en un momento de la película diciendo algo así como “Creo que voy a llorar. Parece demasiado sentimental, pero es que yo crecí con Iron Maiden”.
Así es amiguitos, no es que me haya emocionado viendo el documental pero quizás sí lo hubiese hecho si me hubiesen entrevistado enmedio de un concierto de esta gente y es que tengo cuarenta y dos años piltrafillas, pero ¡qué coño! yo también crecí escuchando a Maiden. Recuerdo cuando era un quinceañero y les escuchaba una y otra vez... hasta hoy, cuando soy incapaz de escuchar cualquiera de sus álbums sin coger mi guitarra española y ponerme a puntear –sin tener la más mínima idea de tocar- sus temas sintiéndome el puto Adrian Smith o algo por el estilo.
Pese a ser un consumidor compulsivo de heavy metal desde la adolescencia, no he ido a demasiados conciertos en mi vida. Pues bien, esta banda es una de las que sí he disfrutado en directo. En fin aniguitos, soy un metalhead, no puedo ser objetivo y evidentemente, si os van David Bisbal, Il Divo o Laura Pausini dificilmente me entenderéis pero piltrafillas no podéis negar -de hacerlo demostraréis ser unos perfectos iletrados- que es indiscutible que Iron Maiden forman parte de la historia del rock y a eso no se le puede dar la espalda.
Para heavies y amantes de la música que quieran conocer un poco del día a día de una banda de rock en plena gira. Además, me vienen a la cabeza unos cuantos grupos que realizaron toda o parte de sus desplazamientos de gira en un avión propio –Led Zeppelin, Metallica, Motley Crue, Dire Straits...-, pero ¿qué otra banda ha usado un Boeing 757 a los mandos del cual estaba de comandante su vocalista? Sólo ellos... Up the Irons!
Y si podéis disfrutar de la edición en doble DVD con la película por un lado y el concierto por el otro, será la mejor tarde que hayáis pasado en mucho tiempo... siempre y cuando –también es cierto- sintáis algo por estos músicos y su obra. Un fan lo deja claro en un momento de la película diciendo algo así como “Creo que voy a llorar. Parece demasiado sentimental, pero es que yo crecí con Iron Maiden”.
Así es amiguitos, no es que me haya emocionado viendo el documental pero quizás sí lo hubiese hecho si me hubiesen entrevistado enmedio de un concierto de esta gente y es que tengo cuarenta y dos años piltrafillas, pero ¡qué coño! yo también crecí escuchando a Maiden. Recuerdo cuando era un quinceañero y les escuchaba una y otra vez... hasta hoy, cuando soy incapaz de escuchar cualquiera de sus álbums sin coger mi guitarra española y ponerme a puntear –sin tener la más mínima idea de tocar- sus temas sintiéndome el puto Adrian Smith o algo por el estilo.
Pese a ser un consumidor compulsivo de heavy metal desde la adolescencia, no he ido a demasiados conciertos en mi vida. Pues bien, esta banda es una de las que sí he disfrutado en directo. En fin aniguitos, soy un metalhead, no puedo ser objetivo y evidentemente, si os van David Bisbal, Il Divo o Laura Pausini dificilmente me entenderéis pero piltrafillas no podéis negar -de hacerlo demostraréis ser unos perfectos iletrados- que es indiscutible que Iron Maiden forman parte de la historia del rock y a eso no se le puede dar la espalda.
Para heavies y amantes de la música que quieran conocer un poco del día a día de una banda de rock en plena gira. Además, me vienen a la cabeza unos cuantos grupos que realizaron toda o parte de sus desplazamientos de gira en un avión propio –Led Zeppelin, Metallica, Motley Crue, Dire Straits...-, pero ¿qué otra banda ha usado un Boeing 757 a los mandos del cual estaba de comandante su vocalista? Sólo ellos... Up the Irons!
Valérie Morignat
Esta es Valérie Morignat, una fotógrafa que se graduó en la Sorbona de París y en la actualidad vive en Nueva York. Trabaja como freelance por todo el mundo dedicándose a la realización de proyectos multimedia y participando en numerosos certámenes. Es especialista en tomar fotografías bajo el agua, imágenes frescas amiguitos, que buena falta hacen.
miércoles, 29 de julio de 2009
Nobuo Asada
Y el punto final de este día tan japonés lo pone Nobuo Asada con sus paisajes marinos, tan reconfortantes en un día como el de hoy que –al menos en Barcelona- ha sido extremadamente caluroso, sobre todo si en la oficina no funcionaba correctamente el aire acondicionado. Asada –otro de esos artistas que me gustan de por si, pero que tienen el añadido atractivo de que nacieron en 1967, el mismo año que yo- pretende con sus obras de oleajes y atardeceres hablarnos de la angustia del hombre en la naturaleza. Bueno piltrafillas, como os he dicho en otras ocasiones, yo no acostumbro a analizar las imágenes, sólo me preocupa si lo que veo me atrae visualmente o no, y en las instantáneas de gran formato de este hombre lo que veo son bonitas fotos del océano. Vamos, que de imaginar algo lo que pienso es lo fresquito que estaría flotando ahí enmedio. Sayônara tomodachi!
Miyako Ishiuchi
Y ahora –sin moverme del país- os presento a Miyako Ishiuchi, multigalardonada y veterana fotógrafa natural de Gunma con obras expuestas en numerosas colecciones y museos del Japón y los Estados Unidos. Una de sus series más reconocidas es Mother’s en la que se captan instantáneas a gran formato de distintos objetos que pertenecieron a su madre fallecida en el año 2000.
Sacha Waldman
Doy comienzo a un nuevo día con parte de la obra de Sacha Waldman, fotógrafo sudafricano –otras fuentes afirman que nació en Milán pero se crió en Sudáfrica- que en la actualidad vive y trabaja en Nueva York. Es autor de unas fotografías cargadas de humor e imaginación que ya se han publicado en las páginas de Vanity Fair, GQ, Wired o The New York Times y han protagonizado campañas para firmas como Adidas, Electronic Arts, Nike o Sony Music.