domingo, 24 de mayo de 2015

El jugador


La segunda reseña del día va para El jugador, remake de la original de 1974 que esta vez dirige Ruper Wyatt y protgoniza Mark Wahlberg con Jessica Lange, John Goodman y Brie Larson. La verdad, amiguitos, es que no me decidía por verla porque había leído varias críticas y la mayoría eran malas. Sin embargo, no será la primera vez que me encanta una cinta a la que han dejado a caer de un burro. Y además, en esta versión estaba Goodman haciendo de mafioso, así que me atraía darle una oportunidad al film. Total, que finalmente he visto El jugador y os contaré mis impresiones en las líneas que siguen al acostumbrado resumen del argumento. La historia que se nos cuenta es la de Jim Bennett, un cínico y hastiado profesor universitario de Literatura, jugador compulsivo y amargado. En un momento dado, el tipo tocará fondo de tal manera que sólo verá una salida a sus problemas. Y es que, tras contraer una deuda de 240.000 dólares con el coreano que regenta el casino al que acude regularmente, a Jim no se le ocurre otra cosa que pedirle a un oscuro prestamista 50.000 dólares más. Con ello, confiando en su suerte, intenta recuperarse. Hay un momento en el que parece que lo conseguirá y todo, pero... bueno, un jugador no puede ganar siempre, eso sólo pasa en las películas ¿no? Así que Jim entra en esa espiral malsana en la que le debe al casino y al prestamista al que le ha pedido efectivo para saldar su deuda. Y sólo tiene siete días para pagar ese dineral. Su madre, una mujer rica, siempre le ha cubierto. Pero eso ha terminado. Así pues, ¿qué puede hacer Jim? Entonces, entra en contacto con Frank, un prestamista que se ofrece para darle un cuarto de millón de dólares. Sin embargo, Jim no acepta. 


En el fondo, amiguitos, se trata del típico caso de alguien que quiere matarse pero no tiene cojones para hacerlo él mismo. Consciente de su adicción autodestructiva, no teme que le eliminen porque todo indica que es el final que desea. Sin embargo, en su infeliz día a día como profesor desilusionado por la falta de interés de sus alumnos, entabla relación con Amy, una joven con extraordinarias dotes para la literatura que esconde su talento para no destacar y que además trabaja como camarera en el casino en el que Jim ha perdido su dinero. El jugador es un retrato falto de glamour del lado oscuro del juego enfermizo, las apuestas apoyadas en eso tan etéreo a lo que llaman suerte y los mafiosos que como buitres revolotean sobre las víctimas de ese mundo, una película en la que la acción brilla por su ausencia –ignoro si la historia original era así o es un enfoque nuevo- y con un guión que pretende ser profundo e introspectivo pero que da como resultado un producto bastante aburrido. Wahlberg actúa de pena –explota tanto su cinismo y pesimismo que lo que me transmite es que, más que su vida, lo que le importa una mierda es la película–, pero es algo que en parte queda compensado por escenas como la de la gran Jessica Lange en la sucursal bancaria. En fin, piltrafillas, para pasar el rato. Claro que ya sabéis que no tengo ni idea de lo hablo.

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