miércoles, 19 de noviembre de 2014

Meat Loaf - Bat Out of Hell II: Back into hell (1993)


A Meat Loaf lo conocí –o mejor dicho, tuve conocimiento de su existencia- de muy jovencito, gracias a la portada de Richard Corben en su Bat out of hell. Sin embargo, no escuché ninguna de sus canciones hasta que no le vi por televisión en el vídeoclip del tema Modern girl, una canción de su álbum del 80 Bad attitude, en la que tocaba la guitarra Bob Kulick, habitual colaborador de Paul Stanley y hermano de Bruce Kulick, añorado guitarrista de Kiss. Y aunque me gustó, su estilo no me llamó tanto la atención como para sacar la cabeza del confortable pozo del hard’n’heavy y el thrash en el que estaba metido. Pero henos ahí, llegados los 90, con la adolescencia superada y las huestes del grunge atacando los cimientos del sacrosanto imperio del hard rock... fue cuando el orondo Marvin/Michael Lee Aday sacó su Bat out of hell II: Back into hell –que traducido quiere decir Voy a reverdecer viejos laureles y desenpolvar el título que me dio una gloria que nunca más obtuve- que me dije: coño, este disco tiene que ser la hostia. Vamos a comprarlo a la calle Tallers. 

Y debo ser sincero con vosotros, amigos. Exceptuando un par o tres temas, el cedé se me hizo largo y aburrido a más no poder. Vamos, un tostón de cojones. No sé, a lo mejor no era lo que esperaba o quizás tenía las neuronas demasiado metidas aún en el heavy metal ochentero, pero lo cierto es que me decepcionó enormemente y tuve que dedicarle varias escuchas para poder apreciar algo de positivo en él. Hoy, veinte años después, lo atesoro como la gran obra que es y os vengo a recomendar que lo escuchéis sin falta. 


Escrito, producido y arreglado por Jim Steinman –un productor, pianista y compositor que inició su carrera en el teatro musical y que también colaboró activamente con Bonnie Tyler-, esta secuela del Bat out of hell de 1977 que en Europa editó Virgin Records y llegó a vender más de 20 millones de copias por todo el mundo, fue número 1 en ventas en Estados Unidos, Gran Bretaña y Australia, colocando tres singles entre el Top 40. Uno de ellos, el de I’d do anything for love (but I won’t do that) llegó a la primera posición en singles en 28 países (en España reinaba Mi tierra, de Gloria Estefan, y una recopilación de éxitos de los Beatles). 

La portada fue de Michael Whelan –así como el libreto interior, con dirección artística de Joe Pearson- y fue grabado entre los angelinos Ocean way recording studios y los The Power Station de Nueva York. 

A las voces estaba Meat Loaf, al piano y teclados Roy Bittan, a la guitarra Tim Pierce y Eddie Martínez –con la contribución de Pat Thrall en un par de temas-, al bajo Steve Buslowe, a la batería Kenny Aronoff –con la participación de Rick Marotta y Jimmy Bralower- y a los sintetizadores Jeff Bova. Colaboraron Bill Payne al piano en un tema y Lenny Pickett al saxofón. En los coros, Todd Rungren –acreditado como productor de los mismos-, Kasim Sulton y Rory Dodd, así como colaboraciones varias que fueron desde el mismísimo Steinman a los hermanos Nelson


El cedé se inicia con I’d do anything for love (but I won’t do that): efectos de guitarra, el piano de Roy Bittan, guitarrazos de hard rock... comienza el espectáculo. Es un prólogo magnífico que da la entrada a la voz de Meat Loaf cantando un tema típicamente Steinman, entre operístico y rockero, con ese sello personal y coros marca de la casa. La verdad es que –y eso me pasa en diversos pasajes del álbum- me imagino perfectamente a Bonnie Tyler cantando esta canción, todo un hit single que llegó a ventas de platino y proporcionó al vocalista un Grammy. Le sigue Life is a lemon (and I want my money back) –curioso título-, de mis favoritas si no mi preferida, con predominio de guitarra y bajo, muy rockera, con bonitos coros. Seguimos con Rock and roll dreams come through, una antigua canción que ya había grabado Steinman a principios de los 80 y que es un medio tiempo rockero, con esa mezcla de coros, la voz operística de Meat, piano, guitarras y saxofón que me recuerda en según que partes a la E street band. I just won’t quit es una bonita balada que entre algunos guitarrazos, coros y la voz de Marvin/Michael, está protagonizada por el piano de Bittan que a lo largo del tema va repitiendo la misma melodía. Out of the frying pan (and into the fire) es uno de los típicos hard rock operísticos que tanto le gustan a Meat Loaf y que da entrada al segundo tema en longitud del álbum, Objects in the rear view mirror may appear closer than they are, otro en los que Bittan tiene casi todo el protagonismo junto al vocalista. Se convirtió en el tercer single del álbum y es otra de las joyitas del cedé. 

Entonces llega Wasted Youth, el momento del tema más teatral del álbum, un interludio narrado por el propio Jim Steinman, una hilarante y grotesca historia sobre un adolescente asesino y psicópata, una guitarra, sangre, una Harley-Davidson destrozada... y un padre que no tiene ni idea de lo que significa el Rock’n’Roll, una extrañeza que sirve de entrada para Everything louder than everything else, otro hard rockero tema cargado de coros, piano –esta vez a cargo de Bill Payne- y guitarrazos de Eddie Martinez que acaba con una gaita. Y tras la gaita, el saxofón de Lenny Pickett dando la entrada a Good girls go to heaven (bad girls go everywhere), un gran tema rockero y de melodía pegadiza. Back into hell es una instrumental –que tiene como hilo conductor la melodía del anterior tema- de teclados y sintetizadores a cargo de Jeff Bova. El cedé finaliza con Lost Boys and golden girls, un fin de obra y grand finale precioso en el que los protagonistas son –de nuevo- las líneas de piano escritas por Steinman y la voz de Meat Loaf, arropadas por coros y sintetizador. 


En resumen, una obra maestra que –al menos en mi caso- ha ido ganando enteros con el paso de los años. Si no la conocéis aún, hoy tenéis un oportunidad estupenda para hacerlo. Poneos cómodos y escuchad la selección que os he preparado, con I’d do anything for love (but I won’t do that), Life is a lemon (and I want my money back), Objects in the rear view mirror may appear closer than they are, la extraña Wasted youth y Good girls go to heaven (bad girls go everywhere). Eso sí, os recomiendo que escuchéis el álbum completo. 

¡Feliz fin de semana! 
© King Piltrafilla







Entrada publicada el pasado viernes en zeppelinrockon.com

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