domingo, 30 de septiembre de 2012

Juan de los Muertos


Piltrafillas, como ya os anuncié hace quince días, tengo intención de no ver –al menos en una larga temporada- ningúna cinta más de temática zombie. Así pues, esta primera película del domingo titulada Juan de los Muertos va a tener el honor de ser la última de este género de la que o hablo en el blog. Y debo deciros que ha sido la elección perfecta, un impresionante fin de fiesta con fanfarrias, una inmejorable traca final al paso de los no muertos por este espacio. Esta coproducción hispano-cubana de humor negro, grueso y gamberro nos cuenta la historia de Juan, separado y padre de una hija adolescente, un tipo listo –en su acepción más pícara-, cuarentón y donjuán que trapichea en La Habana junto a su colega Lázaro y que verá como su vida monótona en la capital cubana sufre un cambio traumático. En la ciudad, en medio de una extraña calma, se propaga una especie de gripe que colapsa los centros médicos. Entonces aparece un tipo enloquecido que comienza a asesinar a la gente a mordiscos, luego alborotos que la televisión oficial califica de alteraciones aisladas de la disciplina social achacadas a disidentes pagados por los Estados Unidos, luego un vecino que parecía haber muerto se comporta de manera muy extraña... y poco a poco comienzan a darse en toda la capital casos de ataques. Juan –superviviente nato- no tarda en darse cuenta de que se trata de una oportunidad y decide aprovecharse de la situación montando un negocio –Juan de los muertos: Matamos a sus seres queridos- con sus colegas de correrías para eliminar a los familiares infectados a cambio de un precio módico. 


Juan de los Muertos se ríe de todo -Juan se refiere a los zombies, no como caminantes sino como disidentes-, aúna inteligencia y chabacanería y mezcla una ácida crítica social –como cuando se ve a los zombies deambular por la calle y una de las protagonistas dice “yo lo veo igual que siempre”-, con un humor negrísimo, sexo –ese sexo caribeño tan natural como beber ron a media mañana bajo el sol- y guiños cinéfilos –hilarante la referencia a Tiburón o a las películas de Bruce Lee- mostrándonos el tema de las epidemias zombies desde el pragmatismo y la cotidianidad de aquellos que están acostumbrados a sobrevivir en su día a día resolviendo los problemas con imaginación a la vez que van apareciendo, sin aspavientos ni un especial alarmismo, y con la voluntad de convertir en beneficio los imprevistos que la vida tiene. Así pues, servíos un ron –qué mejor ocasión que esta- y disponeos a disfrutar de Juan, Lázaro, California –su hijo- y sus ayudantes en su cruzada contra los disidentes. Lo dicho piltrafillas, Juan de los Muertos es la cinta de zombies definitiva, el perfecto colofón de una serie de películas de todo tipo que –en mi opinión- han agotado las ubres de la vaca del género. En definitiva: frikis amantes del gore y el humor negro, Juan de los Muertos no os defraudará. Recomendada totalmente.

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